miércoles, 15 de junio de 2011

La crisis pasa factura


Como en casi todo, la crisis económica no ha pasado desapercibida para los clubes de Tercera División. Hasta el estallido de ésta, como también en casi todo, la tónica general era el gasto desmesurado: caros fichajes cuyas fichas eran muy elevadas, numerosas primas por objetivos, sueldos en general bastantes elevados, e incluso casos en los que a los jugadores se les buscaba casa y coche. Todo ello, generalmente regado con los euros de las otrora poderosas empresas constructoras, que patrocinaban a los equipos y les proporcionaban un gran colchón financiero.

Pero todo eso acabó. Los equipos se han tenido que adaptar a la nueva situación económica y ajustar presupuestos, que van desde los 30.000 euros del Bala Azul, hasta los 200.000 de la Hoya Deportiva. Los fichajes se han sustituido por jugadores de los equipos juveniles, y se ha prescindido de fichas elevadas. Los equipos sobreviven con publicidad de empresas locales, taquillas y subvenciones de ayuntamientos. Los filiales, como el Real Murcia B y el Cartagena La Unión, tienen sus presupuestos dentro de los del primer equipo.

En algunos equipos, como el Costa Cálida (130.000 euros de presupuesto, uno de los más altos de la categoría),con una situación económica más holgada, los jugadores cobran una media de 1000 euros al mes, que, aunque no puedan vivir de ello, sí que se trata de una buena cantidad, en comparación con otros equipos. Como ejemplos, el Puente Tocinos, que finalmente descendió la pasada jornada, no pagaba nada a sus jugadores en la primera vuelta. A partir de la segunda vuelta, empezaron a cobrar por partido ganado. A los jugadores del CF Molina les pagan unos 100 euros al mes, y a los del Fortuna, dependiendo de la veteranía de cada jugador, entre unos 150 y 200 euros.

Toca, por tanto, apretarse el cinturón. Pero, viendo el lado positivo, la temporada ha sido una oportunidad de descubrir a jóvenes promesas de las canteras de los diferentes equipos, además de ver a jugadores correr detrás de un balón sin más motivación que el amor al arte.

jueves, 19 de mayo de 2011

La vida de un entrenador

Julio Cardozo tiene una larga carrera tras de sí como futbolista, llegó al Calasparra en el 2002 como jugador y en aquél momento no se imaginaría que acabaría siendo el entrenador más querido de los que han pasado por allí. 

Esta temporada, contando con el equipo más joven y a priori, inexperto de la categoría, ha logrado obtener la permanencia más que sobradamente realizando una primera vuelta envidiable incluso por los grandes, al situarse cerca de los puestos de play-offs. ¿Tiene mucho  que ver el entrenador en las proezas de los jugadores?, ¿Cuál es el secreto de Julio Cardozo?
Tras empatar a un tanto contra el Cartagena FC, Terceramurciana hizo un seguimiento de una semana al técnico del Calasparra para ver cómo se prepara un partido.
Suena el pitido final y los jugadores se van al vestuario. Cardozo entra, les felicita por el trabajo y los manda a casa a descansar.
“No me gusta hablar del siguiente partido porque son momentos de tensión, aún tienen la cabeza en el encuentro que acaban de jugar. Me gusta llegar a casa y analizar las jugadas y situaciones e ir corrigiendo, pero aún no hablo de con los jugadores del próximo rival”.
Los jugadores tienen el lunes como su día de descanso, y la vuelta al trabajo el martes. Los jueves y viernes se completan los entrenamientos semanales. El Calasparra tiene un sistema de juego que poco ha cambiado a lo largo de la temporada y una filosofía de jugadores competitivos que ha servido para mantener frescura hasta la última jornada. En los entrenamientos, Julio apunta por seguir con la filosofía del equipo y no variar estrategias en función del rival:
“En línea general durante toda la temporada no nos hemos fijado en el equipo rival a la hora de variar las alineaciones. De cara al otro equipo, normalmente los jueves y viernes trabajamos para contrarrestar las virtudes tácticas del otro equipo y para aprovechar sus debilidades. Si es un equipo que juega mucho el balón desde atrás, trabajamos la presión, si el campo está en malas condiciones, intentamos trabajar el balón largo, segunda jugada y estrategia. Depende del rival variamos los entrenamientos, pero no las alineaciones”.
Esto demuestra una firme apuesta por un estilo y por unos jugadores.
“Tengo dos cosas por costumbre, les doy minutos a todos para que estén en tensión, que haya intensidad y se ganen el puesto en el campo. Yo incido mucho a la directiva que a la hora de hacer la plantilla, me gusta que el nivel sea parejo. Si firmas cuatro futbolistas importantes y se lesionan, es un gran problema. Al final de la temporada, nosotros hemos tenido ocho, incluso nueve bajas  y los titulares jugaban a un excelente nivel”.
Para mantener el nivel de los futbolistas, Julio Cardozo no solo se limita a mantener el contacto con ellos en los entrenamientos:
“A nivel telefónico hablo con ellos algunas veces, sobre todo por problemas personales, para intentar animar a mis jugadores si han tenido una mala semana aunque siempre hay que guardar las distancias como entrenador. No hago lo que muchos de “Este es mi cortijo y aquí mando yo”, si no juegan por algo, a mí me gusta que sepan la razón. Hay jugadores que han estado sin jugar varias semanas y hay que explicarles el porqué, para que cambien su actitud o mejoren su trabajo, si no les dices nada, no conocerán los motivos. También puede ocurrir que en un partido contra un rival determinado, necesite en el mismo puesto un perfil distinto de jugador, entonces les hago saber que no juegan por eso, por ejemplo, si necesito un defensa con más toque para iniciar jugadas”.
Tras hablar de sus hábitos como entrenador, su filosofía y métodos de trabajo, comienzan los entrenamientos. El martes comienza el entrenamiento vespertino y el técnico les habla del partido anterior:
“Les hablo sobre todo de los errores que hay que mejorar, les hago calentar y hacemos ejercicios de velocidad con tiro a puerta, posesión, con dos series de seis minutos cumpliendo objetivos técnicos y tácticos y para terminar, divido al grupo en tres equipos para jugar una liguilla entre ellos. Este entrenamiento no va dirigido aún al próximo rival, esto lo reservo para los dos siguientes, donde analizamos virtudes y defectos que hay que aprovechar”.
El siguiente rival es el Pinatar, en la última jornada de Liga. En su anterior enfrentamiento el Calasparra perdió por 0-5 aunque Julio no ve este como una oportunidad de revancha:
“Más que enfocarlo a una revancha, estoy inculcando a los jugadores que es el último partido y que debemos irnos con buen sabor de boca”.
En el segundo entrenamiento del jueves comienza ya a gestarse el asalto.
“Se hace el calentamiento con movimientos defensivos durante veinte minutos, rondo y desplazamiento en largo con balón, trabajo con la posesión del balón con directrices tácticas y otros objetivos marcados y tres partes de partido a campo entero con 22 jugadores de 12 a 15 minutos cada parte, en cada parte preparando unas series de directrices. Juego por banda, jugada al toque, pases rápidos…”
Julio no deja ningún cabo suelto, quiere preparar al equipo de la mejor forma posible. A principios de semana ya ha estudiado al rival y ahora pone en práctica las conclusiones que saca sobre ello:
“Más o menos conozco al Pinatar, aunque los equipos de la mitad de la tabla hemos cambiado bastante. En la segunda vuelta, el Pinatar le ha dado minutos a todos los jugadores disponibles y en ese sentido la preparación se nos hace más difícil”
El viernes se hace el tercer y último entrenamiento de la semana.
“Trabajamos calentamiento con ejercicios durante quince minutos, salida de balón, rondos y tiros a puerta. Hacemos especial hincapié en ejercicios defensivos de 4 defensas contra 3 atacantes y después 5 defensas contra 7 atacantes y acabamos con un partidillo de 3 equipos que se van turnando”.
Una vez que se ha trabajado duramente a lo largo de la semana, toca afrontar el partido.
Realmente, el papel del entrenador hace mucho en un vestuario, los jugadores tienen una opinión muy clara que Antonio Lozano como capitán y portavoz nos hace conocer:
“Grandísimo entrenador y mejor persona”. No hacen falta más palabras que esas para darse cuenta de que ha calado muy hondo en sus jugadores.
Algunos jugadores además tuvieron la oportunidad de jugar codo con codo con el que ahora es su técnico: “Lo habíamos tenido como compañero y ya era la hostia pero como entrenador nos ha sorprendido muy gratamente”. Incluso la relación entre compañeros parece haberse hecho más fuerte: “Estábamos deseando volver de vacaciones para vernos y poder entrenar de nuevo juntos”.
En la grada también es común escuchar gritos de apoyo al entrenador: “Cardozo eres un crack”, se podía escuchar en algunos enfrentamientos. Algunos aficionados lo tienen tan claro como los jugadores: “Ojalá hubiese llegado antes al Calasparra, no hemos tenido a ninguno como él”.

La Tercera División no es tan mediática como la Primera, lo que no significa que el compromiso de los jugadores y en este caso, del entrenador, sean menores. El trabajo diario y la buena relación con sus pupilos y la grada extienden su reputación por toda la Región. Julio Cardozo tenía un equipo joven y un objetivo marcado: Lograr la permanencia y no han sufrido en ningún momento para conseguirlo

miércoles, 18 de mayo de 2011

Historia del Calasparra FC

Comienzos

Los primeros datos hablan de la aparición del Calasparra como equipo de fútbol entre 1930 y 1932. Lo cierto es que una década antes, ya se jugaban partidos de fútbol entre personas del pueblo y se había realizado una petición en el Ayuntamiento para la construcción de un pequeño estadio. Con el equipo de fútbol ya fundado, los hermanos José y Jesús Cobarro Saavedra, Olalla, Zarrio, Antonio Gómez Donate, Pataperro, y Colorín Guirao daban los primeros pelotazos en el patio interior de un molino arrocero que actuaba de campo de fútbol.
Los inicios del equipo fueron difíciles, pues a los pocos años de fundarse y con las peticiones de la construcción de un campo el fútbol en marcha, tuvo que detenerse forzosamente este deporte en toda España por el estallido de la Guerra Civil.

                            Equipo del Calasparra en 1932

Posguerra y franquismo

En 1940 volvió el fútbol a Calasparra y continuó tal y donde acabó: Jugando en el patio interior del molino. Puesto que había pocos equipos, se solían jugar pequeños torneos de seis equipos donde a veces participaban de otras comunidades.
El Calasparra vestía en aquel entonces de un blanco que se caracterizaba por una franja roja, aunque unos años más tarde cambiaron la equipación por un blanco inmaculado. A pesar de que el club seguía avanzando, los jugadores estaban cada vez más dispuestos y las vestimentas se habían cambiado, el campo seguía sin estar construido. No fue hasta 1952, cuando Don Francisco Hernández López y Don Antonio García García donasen al Ayuntamiento un solar para la construcción de dicho campo. Es a partir de ese momento, cuando el Calasparra pasaría a jugar en el municipal La Caverina, que a día de hoy sigue llamándose igual.
En su inauguración, jugaron un amistoso ante el Real Murcia, que militaba en Primera División y que aceptó gustosamente la invitación al partido.

Década de los 70

El equipo comienza en estos años a jugar en Segunda Regional. El presidente elegido por votación es Félix Rodríguez Jover. La nueva junta directiva comienza a realizar gestiones para que el Calasparra pueda tener materiales para entrenar y jugar partidos pues de poco disponían. La primera campaña de socios comienza así mismo, con bastante éxito.
A lo largo de dicha década, el club atravesó por severas dificultades económicas que le obligaron en varias ocasiones a pedir préstamos y subvenciones para salir adelante. A su vez, logró en estos años ascender a Primera Regional y posteriormente a Territorial Preferente.

Década de los 80

Tras una mala campaña, es colista en Territorial Preferente y desciende a Primera Regional, aunque su buena actuación en la categoría bien le valió alzarse campeón a final de temporada. Tuvo que recurrirse al gol average, pues el Bullense estuvo disputando el campeonato hasta la última jornada. Así pues, en la temporada 82/83 el Calasparra vuelve a ascender. Los problemas económicos acompañan todo este tiempo al equipo.

Década de los 90

Dichos problemas económicos finalmente vencen al equipo y el Calasparra desaparece. Tuvieron que pasar casi diez años para que un grupo de amigos decidiese inscribir al equipo en Territorial Preferente.  Juan Valverde Marín ejerció de presidente hasta que fue sustituido por Antonio Escavy Moreno. El presupuesto con el que contaron rondó los seis millones de pesetas y un viejo conocido llegó como entrenador: Lalo, que había sido jugador del equipo tiempo atrás.
La primera temporada no fue muy buena, pero entre los refuerzos se encontraba un conocido: Julio Cardozo (actual entrenador), pero al año siguiente mejoró considerablemente y por fin, en el año 2000 consiguieron ascender a Tercera División por primera vez en su historia.
Durante estos años, varios presidentes se hicieron cargo del club: Juan Montiel, Vicente Valero y Antonio Martínez Buitrago. Lograron mantener al equipo en Tercera División y a pesar de algunos altibajos, el equipo pudo consolidarse en la categoría.
Actualmente, Raúl Sánchez ocupa la presidencia y Julio Cardozo es el técnico que respaldado por la directiva y sobre todo, los jugadores, ha logrado realizar una buena campaña, llegando incluso en la primera vuelta a rozar los puestos de play-off, la cual se ha visto empañada por el flojo final de campeonato que han realizado.

Información obtenida en: "Historia del fútbol en Calasparra y construcción del Campo de Deportes" por Francisco Soler Gomariz, año 2006.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Cómo y cuándo nació la Tercera División

Breve historia de la Tercera División

Esta categoría, tan desconocida para algunos, ha ido muy ligada a la Primera División desde su creación.  No fue hasta algunos años antes de la Guerra Civil (1929) cuando surgiese oficialmente, (junto a la aparición de la Liga) y conformase la tercera categoría de la Liga tras la Segunda y la Primera.

A pesar de considerarse como una Liga amateur, el fútbol que desplegaban los equipos que la formaban era digno de admiración y despertaba bastante expectación, sobre todo en algunos puntos donde en aquella época era más difícil ver fútbol. En un principio, tan sólo 33 equipos la jugaban y estaban repartidos en 8 grupos. 

El Cartagena Fútbol Club pasaría a la historia en la Región por ser el primer equipo que ganase en esta nueva categoría, logrando su famoso ascenso antes de que la Guerra Civil obligase a parar el fútbol en España durante algunos años desde 1936.
En 1939 por fin volvió el fútbol, pero sólo en Primera y Segunda División. Los que jugaban en Tercera eran los mismos que fueron a combatir en la guerra, y las bajas, lesiones y demás impedimentos pospusieron un año más la vuelta del fútbol en esa categoría. Durante ese tiempo se produjeron cambios en las directivas, incorporaciones de nuevos jugadores y en muchos casos, se politizaron algunos equipos, de manera que se podía considerar que la guerra se extendió más allá de las trincheras, y rojos y fascistas siguieron con su particular lucha en los terrenos de juego.
Ese mismo año, la Tercera División desapareció para ser reemplazada por la Primera Categoría Regional, aunque poco duró con este nombre y no tardó en volver la Tercera de siempre.
Sin muchas cosas que hacer aparte del fútbol, muchos jóvenes comenzaron a destacar. Era muy común ver a clubes de Tercera enfrentarse en Copa a los grandes del fútbol español e incluso ganarles. El Arenas Club de Guecho, logró alcanzar la final tres veces y ganarla una.
Muchos equipos que componían la categoría pasaron a formar los filiales de equipos con más reputación o a tener acuerdos con ellos, por lo que la competitividad de la Tercera fue en aumento. El fútbol espectáculo pasó a cobrar más importancia que la política y algunos futbolistas que jugaban los domingos para olvidar la semana de trabajo comenzaron a ganar algo de dinero.
Los años pasaron y la categoría se asentó, no se produjeron cambios hasta que en la temporada 77/78 se crease la Segunda División B, que ocuparía el lugar que la Tercera dejaría al quedar relegada a una cuarta categoría.
Hoy en día, un total de 18 grupos forman la Tercera División, en la mayoría de los cuales juegan 20 equipos. La Federación Española no se hace cargo de estas ligas, sino que cada grupo forma parte de una Federación Autonómica.
Algunos grupos mantienen un nivel competitivo muy alto, de manera que en el play-off de ascenso, los equipos procedentes de la Comunidad Valenciana, Madrid o Cataluña son los ‘cocos’ que todos temen.
Pese a ser considerada una categoría para aficionados, la Tercera División aporta mucho a la Liga española. Muchos de los futbolistas que hoy en día triunfan han pasado alguna vez por ahí y los más veteranos que siguen teniendo ganas de jugar acaban su carrera en los campos más modestos. Es muy probable que en estos momentos, cada semana seamos testigos del nacimiento de una futura leyenda del fútbol español. No hay que infravalorar las categorías inferiores del fútbol español, pues son la cuna de los futuros campeones.

martes, 3 de mayo de 2011

Reportaje

El ascenso del Abarán a Segunda División

En los últimos años hemos visto tanto a Murcia, Cartagena, Ciudad de Murcia y Lorca en la división de plata del fútbol español, son recuerdos recientes, pero lo que muchos aficionados desconocerán es que el Abarán CF también estuvo en Segunda División. Fue un hecho histórico, puesto que era la primera vez que un equipo perteneciente a una localidad con menos de 10.000 habitantes conseguía ascender a Segunda División.
Pero antes de adentrarnos en la consecución de esa gesta, es conveniente que echemos un vistazo a sus orígenes y a su historia para conocer mejor a este equipo:

Los inicios

El Club Deportivo Abarán data de la temporada 57/58, en la que se federa para competir en Segunda Regional. El equipo realizó una gran campaña que culminó con la obtención del campeonato, lo que le otorgó el ascenso a Primera Regional. El Abarán disputaba sus partidos en Las Colonias, un campo de fútbol construido en 1931. Actualmente este terreno de juego continúa siendo el escenario de los encuentros que disputan los equipos de la localidad.
Tras dos temporadas en Primera Regional, en 1960 el Abarán asciende a Tercera División (en esta época no existía la Territorial Preferente) quedando encuadrado en el grupo X (actualmente es el grupo XIII). Tras lograr asentarse en la categoría, llegó el gran año del Abarán

Campeones de Tercera

El Club Deportivo Abarán afrontaba la temporada 62/63 como uno de los candidatos para luchar por el primer puesto. En esta campaña el equipo estaba presidido por Carmelo Morte Juliá y entrenado por Ventura Martínez Mogín, que se estrenó en el cargo con una victoria en su partido de presentación tras vencer por 2-1 al Alcoyano.
 Pese a que las expectativas eran buenas, el inicio de la competición fue titubeante, puesto que  el equipo perdió sus dos primeros partidos de liga, ante el Jumilla y el Madrigueras. Poco a poco fueron mejorando sus resultados, entre ellos destacan sendas goleadas  por 9-1 ante el Monóvar y por 7-0 ante el Almansa.
En el tramo final de la competición el Abarán mantuvo una bonita lucha con el Orihuela por alcanzar el primer puesto. La igualdad fue tan grande que se llegó a la última jornada de liga con todo por decidir. El Abarán disponía de un punto de ventaja sobre los oriolanos; por tanto, necesitaba derrotar al Lorca para lograr el campeonato. En ese partido el Abarán venció por 5-0 con una alineación compuesta por Beviá; Navarro, Valero Mata; Padilla, Marquitos; Besó, Tino II, Martos, Folch y Méndez.
Una vez conseguido el campeonato, el Abarán se enfrentaba al más difícil de los retos: intentar ascender a la Segunda División; para ello debía superar dos eliminatorias.

Las eliminatorias

En la primera eliminatoria era el Rácing de Ferrol el rival del equipo murciano El encuentro  de ida finalizó con victoria del Ferrol por 1-0. El tanto fue conseguido por Suco en el minuto 37 tras rematar un córner. Los abaraneros protestaron el gol al entender que en la jugada se produjo falta al portero y, además, que Suco tocó el balón con la mano. El entrenador del Abarán, consciente de la teórica superioridad del rival, realizó un planteamiento defensivo que a la postre le dio un buen resultado, puesto que la eliminatoria se iba a decidir en el campo de Las Colonias.
 El partido de vuelta fue todo un acontecimiento social para la localidad de la Vega Alta del Segura. El campo registró un lleno histórico. Los seguidores del Abarán estuvieron acompañados de centenares de aficionados desplazados desde diversos puntos de la provincia. El encuentro terminó con triunfo del Abarán por 2-1. La eliminatoria había quedado igualada (durante esta época en las competiciones nacionales no se tenía en cuenta el valor doble de los goles marcados en campo contrario en caso de empate) por lo que era necesario disputar un partido de desempate en campo neutral a lo largo de la semana.
 Este partido se celebró 48 horas después del anterior. El campo de Vallecas fue el designado por la Federación para este partido, y presentó una floja entrada debido a la gran distancia de ambas localidades con Madrid, y a que se celebró en un día laborable. El encuentro finalizó con victoria del Abarán por 4-2. En el minuto 41 el árbitro del encuentro, López Montenegro, expulsó a dos jugadores del Ferrol por agredir a sendos rivales. Mediada la segunda parte, el equipo gallego se quedó con siete jugadores tras sufrir dos nuevas expulsiones.
Esta victoria clasificaba al Abarán para disputar la eliminatoria final ante el Béjar Industrial de Salamanca. El vencedor de este enfrentamiento lograría el ascenso a Segunda División.
El partido de ida disputado en Abarán finalizó con empate a cero. El encuentro fue dominado claramente por el equipo local. El Béjar realizó un planteamiento muy conservador que le dio buen resultado, gracias, sobre todo, a su guardameta, Beitia, de quien los cronistas afirman, de forma unánime, que tuvo una actuación extraordinaria.
El encuentro de vuelta se disputó la semana siguiente en el campo Mario Emilio de Béjar. El partido terminó con empate a uno. Se adelantó el Abarán en el minuto 7, pero el Béjar, apoyado por su público, se hizo con el control del partido y logró el empate en el minuto 4 del segundo tiempo. Al igual que en el enfrentamiento entre el Abarán y el Ferrol, la eliminatoria quedó igualada y fue necesario disputar un partido de desempate.

El gran día

El sábado 8 de junio de 1963, nuevamente en el estadio de Vallecas,  Abarán y Béjar Industrial disputaban el partido más importante de la historia de ambos equipos. Este enfrentamiento fue todo un acontecimiento social en ambas localidades. En Béjar las 14 fábricas de tejidos concedieron el día libre a sus trabajadores y ofrecieron un adelanto de la mensualidad para que los aficionados pudieran costearse el viaje a Vallecas. Asimismo, numerosos aficionados de Abarán acudieron al estadio vallecano a animar al equipo. El campo, al contrario que en la eliminatoria anterior,  registró una excelente entrada.
El partido fue muy igualado, la superioridad en el centro del campo del Abarán le permitía llegar al área bejarana con facilidad, donde el guardameta Beitia hizo algunas intervenciones de mérito que llevaron las tablas en el marcador al descanso. En el segundo acto, el Abarán salió en tromba a por el partido y en el minuto 67 lograba el primer tanto de la tarde por medio de Peinado. Cuando el partido estaba en el tiempo de prolongación el Abarán logró el 2-0, resultado con el que acabó el encuentro.

Su andadura en Segunda División 

El Abarán se mantuvo dos temporadas en la categoría de plata del fútbol español. En su primera campaña, temporada 63/64 consiguió salvar la categoría en la promoción por evitar el descenso en una eliminatoria que disputó contra el Extremadura, al que consiguió doblegar por un global de 4-2. Ambos partidos los ganó el equipo murciano por 2-1. Como curiosidad, cabe destacar que anteriormente la  Segunda División estaba englobada en dos grupos de 16 equipos. Los dos últimos de cada grupo descendían directamente de categoría mientras que los equipos que finalizaban en 13ª y 14ª posición jugaban una eliminatoria contra equipos provenientes de Tercera. Ese fue el caso del Abarán en su primera campaña, ya que finalizó la temporada en 13ª posición con 26 puntos y se tuvo que jugar su permanencia frente al Extremadura como hemos comentado anteriormente.
La temporada siguiente no tuvo suerte y acabó en la última posición de su grupo con 18 puntos, por lo que descendió de categoría.

En la Actualidad

Los más veteranos de Abarán todavía recordarán la gesta que logró su equipo hace ya casi 50 años. Actualmente, el Abarán pelea con el Puente Tocinos por evitar el descenso de categoría. En pocas semanas saldremos de dudas. Desde Tercera Murciana hemos querido honrar esta gesta del equipo abaranero y darla a conocer, puesto que para la mayoría de aficionados, especialmente los más jóvenes, era un hecho completamente desconocido.


-Regmurcia.com - Juan Antonio Garre
-Ayuntamiento de Abarán

viernes, 15 de abril de 2011

Reportajes

Historia del fútbol molinense


Comienzos

Las referencias históricas sitúan el inicio de la práctica del fútbol en Molina de Segura a principios de la década de 1920. En estos comienzos, no existía ningún equipo oficial, y los jóvenes jugadores jugaban entre ellos campeonatos de manera desorganizada. Para poder competir con otras localidades, en 1923 se creó el Sport Club Molinense, primer equipo de fútbol de la historia local. Su primer partido lo disputó un 17 de junio de ese mismo año, contra el Club Deportivo Cieza. El partido, jugado en Cieza y de carácter amistoso, finalizó con un 6 a 1 a favor de los locales. El equipo de Molina disputó algunos encuentros más, pero su rastro desapareció poco después, por lo que se cree que desapareció a finales de 1924.

Poco después, en 1925, nace Los Luíses Football Club, que se convierte en el primer equipo de la localidad en inscribirse en el Registro de Asociaciones y en la Federación Murciana de Fútbol. A pesar de estar federado y de contar con todos los requisitos, no se conocen datos sobre su participación en alguna competición. En 1927, la Federación da de baja el club al no abonar éste las tasas federativas. Hasta la Segunda República, sólo hay constancia de un equipo en Molina, El Club Deportivo Molinense Balompié, que se convirtió en el primer equipo destacado de la localidad, ya que, por las crónicas de la época, que llamaban al equipo molinense los “leones rojos” , fue uno de los conjuntos más fuertes de la Vega Media. La última referencia de este club fue poco antes de la implantación de la Segunda República, en un encuentro disputado el 5 de abril de 1931 en el que el club de Molina derrotó al Fortuna en el campo de este equipo por 1-2. De este encuentro se conserva la única alineación del Molinense Balompié que ha llegado de esta época: Torrano; Gil Moreno, Cano; Cánovas, Ruiz, Pujante; Jiménez, Campillo, Martínez, Vidal y Gil.

Segunda República

En 1931, surge el Club Deportivo Ateniense, que se convirtió en el equipo más representativo de la ciudad. En sus filas contó José Nicolás Peñalver, primer futbolista de Molina destacado, que llegó a hacer una prueba para jugar en el Real Murcia. A pesar de ser un equipo importante, tampoco jugó competiciones oficiales.

En esta época, existen referencias sobre la existencia de otros clubes creados por adolescentes de la localidad para jugar entre ellos, o bien para concertar partidos con otros equipos de Molina de Segura o de poblaciones cercanas. Hay referencias sobre la existencia del Athlétic Club y de un equipo infantil llamado Pelícano F.C. Del periodo comprendido entre los años 1933 y 1936, hay testimonios orales que ubican a otro equipo conocido como el Trueno.

Franquismo

Tras la Guerra Civil, surgen nuevos equipos, como el Bomba, El Imperio o el Frente de Juventudes. Ninguno llegó a consolidarse. El campo del Romeral, inaugurado en 1953, se convierte en el primer campo de fútbol de Molina de Segura, aunque existían otros más pequeños como el del Pipa, Los Rogelios y Los Juncos.

En 1952, nace el CD Molinense. Un año después, ya disputaba la Segunda Regional. El primer presidente del club fue Don Antonio Lávalos Linares, quien llevó la remodelación del estadio El Romeral. Durante las dos temporadas siguientes el equipo hizo buenas campañas, quedando en los puestos altos de la tabla. En la siguiente, no disputó ninguna competición, ya que el viento derribó las paredes del campo y no se arregló a tiempo.

La temporada 55/56 es recordada por los aficionados como una de las de más triste recuerdo. Una reestructuración de la Federación Española colocó al Molinense en Tercera División, siendo Presidente Don Pedro José Campillo. Cuando todo estaba preparado para el debut en categoría nacional, con los calendarios ya confeccionados, 48 horas antes llegó un telegrama federativo suspendiendo el partido que tenía que jugar en Hellín. Ello fue debido a una reclamación del Tháder de Rojales y el Almoradí, que al contrario que el Molinense (recordemos que no disputó la temporada por el incidente de El Romeral), sí disputaron la competición, y por tanto, hicieron valer sus derechos para jugar en Tercera División. El CD Molinense y el Alcantarilla, el otro perjudicado, tuvieron que conformarse con la Primera Regional. El Molinense se instaló en un periodo de depresión. La directiva dimitió y casi desaparece el equipo.

Durante los años 60, proliferan equipos locales de aficionados como el Aspa, Ludus, La estrella y otros conjuntos, que dan su paso posteriormente a un buen equipo de juveniles de categoría regional que jugaba sus partidos en El Romeral y que tenía muchos seguidores.

Tardofranquismo, democracia y actualidad

Después de varios años de titubeos, se vuelve en el 1971 a la denominación del CD Molinense. Después de dos temporadas muy irregulares, se produce un punto de inflexión. En la temporada 73/74,  Joaquín Sánchez Rex llega a la presidencia del equipo y cambia todas las estructuras del club. No escatima en gastos para confeccionar un equipo competitivo. Fue la etapa más gloriosa para el fútbol molinense. El equipo vive dos ascensos consecutivos, de Segunda Regional a Primera Regional, y de ésta a Regional Preferente. En ambas temporadas, el equipo queda campeón y consigue nada más y nada menos que el récord regional de 64 partidos consecutivos sin perder. Además, en 1975, se inaugura el nuevo estadio Sánchez Cánovas.

Después de la marcha de Rex para centrarse en su carrera como directivo del Real Murcia, el club volvió a la senda habitual de titubeos, entre ascensos, descensos y desapariciones. A partir de los años noventa, concretamente en 1995, de la mano de Juan García Lozano y un grupo de aficionados, sacan un equipo nuevo en preferente. En la tercera temporada de este nuevo proyecto, se consigue el ascenso a Tercera División. En la siguiente temporada se convierte en el equipo revelación y casi consigue el ascenso a Segunda B.

Después de alguna que otra restructuración y un descenso a Preferente, el actual equipo ha adquirido el nombre CF Molina, y actualmente se encuentra en el grupo XIII de Tercera División, donde seguirá al menos una temporada más.



-Regmurcia.com - Juan Antonio Garre
-Ayuntamiento de Molina de Segura
-Trabajadores del club

miércoles, 13 de abril de 2011

Reportajes

Historia del estadio Sánchez Cánovas

En agosto de 1973, Joaquín Sánchez Rex, un empresario de Molina de Segura, accedió a la presidencia del equipo de la ciudad. Hizo un presupuesto con 1.200.000 pesetas, cuyo objetivo era situar al equipo en la Regional Preferente.

Hasta la llegada de Sánchez Rex a la presidencia, el Molinense jugaba sus partidos en el Campo de El Romeral, que estaba situado en unos terrenos que hoy día están ocupados por la Avenida Gutiérrez Mellado, en el Barrio de San José de Molina de Segura.

El terreno de juego de El Romeral quedó pequeño para albergar los partidos del Molinense, motivo por el que el club se tuvo que trasladar al Polideportivo Municipal, cuyas instalaciones tampoco eran las más adecuadas. Por esta razón, la Junta Directiva tuvo que invertir 400.000 pesetas en acondicionar debidamente esta instalación deportiva.

Joaquín Sánchez Rex tenía claro que Molina de Segura necesitaba un campo de fútbol que estuviera acorde con el interés que había generado el equipo durante la temporada 73/74 y con el aumento de aficionados que se esperaba que se iba a producir en campañas posteriores. Estas circunstancias motivaron que, a mediados de 1974, el presidente del Molinense adquiriera casi 20.000 metros cuadrados en un lugar llamado Pagos de la Arboleja, en el que se construiría el futuro campo de fútbol.

El proyecto

El proyecto de Sánchez Rex era muy ambicioso, pues no sólo tenía previsto que aquellos terrenos (que le costaron 3.500.000 pesetas) albergaran un campo de fútbol de césped (con drenaje y riego automático diseñados por el ingeniero argentino Victor Bhertori y el murciano José María Gómez Aparici), sino que además, como las tierras adquiridas tenían una superficie mucho más amplia que la que ocupa un campo de fútbol, el presidente proyectó la construcción de una piscina, pistas polideportivas e incluso una pista de ciclismo que rodeara el terreno de juego. Finalmente, no se llevó a cabo la construcción de la piscina y la pista.

Según el proyecto inicial, el campo de fútbol debía de estar rodeado por un graderío de 100 metros de longitud con 10 escalones para ubicar al público en diferentes alturas. En un principio se creyó conveniente que tuviera un aforo para 5.000 espectadores, aunque con posibilidad de aumentarlo si fuera necesario. El presupuesto total de la construcción de todas las instalaciones se estimaba que oscilaría entre los cinco y seis millones de pesetas.

El interés de los aficionados por el equipo subió como la espuma en la temporada 74/75, ya que el Molinense estaba completando una magnífica campaña. Junto al reto de competir en Regional Preferente, hizo que los directivos molinenses no escatimaran esfuerzos para terminar la construcción del campo para la temporada siguiente.

Inauguración

En el verano de 1975, las obras del nuevo estadio Sánchez Cánovas finalizaron. Rex le puso el nombre de su padre, Sánchez Cánovas, conocido en Molina por haber sido alcalde de la localidad. En principio se pensó en el Real Murcia como invitado a la inauguración, pero un problema de fechas impidió el encuentro. Entonces el equipo decidió que se inaugurase con en el primer partido de la temporada, que además, era el estreno del equipo en Regional Preferente.

Dicho partido se celebró el 7 de septiembre de 1975. El campo estaba a reventar.  El Molinense se enfrentó al Almansa y el partido finalizó con empate a uno. La alineación histórica del Molinense fue la formada por: Paquito, Ordoñez, Faura, Meter, Garriga, Beltrán, Pascual, Millán (Selma), Mendiolea, Canós y Gongui (Pablo). El Almansa jugó con Serradell; Fede, Rojas, Pedro; Doménech, Badiola; Félix, Martínez (Quino), Coli, Mariano (Muñoz) y García. El encuentro fue arbitrado por el colegiado alicantino Martínez López. El 18 de Septiembre,  hubo otra inaguración, ésta de carácter amistoso, donde el Molinense se enfrentó al Murcia. Aquel partido finalizó con un 2-7 en el marcador.

Después de 32 años, el Sánchez Cánovas sigue siendo la casa del equipo conservero. Ha sido remodelado en varias ocasiones, en la última de ellas se instaló césped artificial, después de varios  años con un campo de tierra. En el 2007, el estadio sufrió su mayor percance. Unos vándalos se colaron durante tres días seguidos al estadio, provocando numerosos destrozos. Fue un suceso muy doloroso, ya que, además, meses antes se habían mejorado las instalaciones.

Por último, como curiosidad, la situación del campo, en medio de la huerta, hace que muchos aficionados de otras localidades tengan dificultad a la hora de encontrarlo. Como ayuda para llegar, les puede servir un eucalipto centenario de gran altura, una referencia visual que se puede divisar desde gran distancia.


Fuentes:
-Regmurcia.com - Juan Antonio Garre
-Ayuntamiento de Molina de Segura
-Trabajadores del club