jueves, 19 de mayo de 2011

La vida de un entrenador

Julio Cardozo tiene una larga carrera tras de sí como futbolista, llegó al Calasparra en el 2002 como jugador y en aquél momento no se imaginaría que acabaría siendo el entrenador más querido de los que han pasado por allí. 

Esta temporada, contando con el equipo más joven y a priori, inexperto de la categoría, ha logrado obtener la permanencia más que sobradamente realizando una primera vuelta envidiable incluso por los grandes, al situarse cerca de los puestos de play-offs. ¿Tiene mucho  que ver el entrenador en las proezas de los jugadores?, ¿Cuál es el secreto de Julio Cardozo?
Tras empatar a un tanto contra el Cartagena FC, Terceramurciana hizo un seguimiento de una semana al técnico del Calasparra para ver cómo se prepara un partido.
Suena el pitido final y los jugadores se van al vestuario. Cardozo entra, les felicita por el trabajo y los manda a casa a descansar.
“No me gusta hablar del siguiente partido porque son momentos de tensión, aún tienen la cabeza en el encuentro que acaban de jugar. Me gusta llegar a casa y analizar las jugadas y situaciones e ir corrigiendo, pero aún no hablo de con los jugadores del próximo rival”.
Los jugadores tienen el lunes como su día de descanso, y la vuelta al trabajo el martes. Los jueves y viernes se completan los entrenamientos semanales. El Calasparra tiene un sistema de juego que poco ha cambiado a lo largo de la temporada y una filosofía de jugadores competitivos que ha servido para mantener frescura hasta la última jornada. En los entrenamientos, Julio apunta por seguir con la filosofía del equipo y no variar estrategias en función del rival:
“En línea general durante toda la temporada no nos hemos fijado en el equipo rival a la hora de variar las alineaciones. De cara al otro equipo, normalmente los jueves y viernes trabajamos para contrarrestar las virtudes tácticas del otro equipo y para aprovechar sus debilidades. Si es un equipo que juega mucho el balón desde atrás, trabajamos la presión, si el campo está en malas condiciones, intentamos trabajar el balón largo, segunda jugada y estrategia. Depende del rival variamos los entrenamientos, pero no las alineaciones”.
Esto demuestra una firme apuesta por un estilo y por unos jugadores.
“Tengo dos cosas por costumbre, les doy minutos a todos para que estén en tensión, que haya intensidad y se ganen el puesto en el campo. Yo incido mucho a la directiva que a la hora de hacer la plantilla, me gusta que el nivel sea parejo. Si firmas cuatro futbolistas importantes y se lesionan, es un gran problema. Al final de la temporada, nosotros hemos tenido ocho, incluso nueve bajas  y los titulares jugaban a un excelente nivel”.
Para mantener el nivel de los futbolistas, Julio Cardozo no solo se limita a mantener el contacto con ellos en los entrenamientos:
“A nivel telefónico hablo con ellos algunas veces, sobre todo por problemas personales, para intentar animar a mis jugadores si han tenido una mala semana aunque siempre hay que guardar las distancias como entrenador. No hago lo que muchos de “Este es mi cortijo y aquí mando yo”, si no juegan por algo, a mí me gusta que sepan la razón. Hay jugadores que han estado sin jugar varias semanas y hay que explicarles el porqué, para que cambien su actitud o mejoren su trabajo, si no les dices nada, no conocerán los motivos. También puede ocurrir que en un partido contra un rival determinado, necesite en el mismo puesto un perfil distinto de jugador, entonces les hago saber que no juegan por eso, por ejemplo, si necesito un defensa con más toque para iniciar jugadas”.
Tras hablar de sus hábitos como entrenador, su filosofía y métodos de trabajo, comienzan los entrenamientos. El martes comienza el entrenamiento vespertino y el técnico les habla del partido anterior:
“Les hablo sobre todo de los errores que hay que mejorar, les hago calentar y hacemos ejercicios de velocidad con tiro a puerta, posesión, con dos series de seis minutos cumpliendo objetivos técnicos y tácticos y para terminar, divido al grupo en tres equipos para jugar una liguilla entre ellos. Este entrenamiento no va dirigido aún al próximo rival, esto lo reservo para los dos siguientes, donde analizamos virtudes y defectos que hay que aprovechar”.
El siguiente rival es el Pinatar, en la última jornada de Liga. En su anterior enfrentamiento el Calasparra perdió por 0-5 aunque Julio no ve este como una oportunidad de revancha:
“Más que enfocarlo a una revancha, estoy inculcando a los jugadores que es el último partido y que debemos irnos con buen sabor de boca”.
En el segundo entrenamiento del jueves comienza ya a gestarse el asalto.
“Se hace el calentamiento con movimientos defensivos durante veinte minutos, rondo y desplazamiento en largo con balón, trabajo con la posesión del balón con directrices tácticas y otros objetivos marcados y tres partes de partido a campo entero con 22 jugadores de 12 a 15 minutos cada parte, en cada parte preparando unas series de directrices. Juego por banda, jugada al toque, pases rápidos…”
Julio no deja ningún cabo suelto, quiere preparar al equipo de la mejor forma posible. A principios de semana ya ha estudiado al rival y ahora pone en práctica las conclusiones que saca sobre ello:
“Más o menos conozco al Pinatar, aunque los equipos de la mitad de la tabla hemos cambiado bastante. En la segunda vuelta, el Pinatar le ha dado minutos a todos los jugadores disponibles y en ese sentido la preparación se nos hace más difícil”
El viernes se hace el tercer y último entrenamiento de la semana.
“Trabajamos calentamiento con ejercicios durante quince minutos, salida de balón, rondos y tiros a puerta. Hacemos especial hincapié en ejercicios defensivos de 4 defensas contra 3 atacantes y después 5 defensas contra 7 atacantes y acabamos con un partidillo de 3 equipos que se van turnando”.
Una vez que se ha trabajado duramente a lo largo de la semana, toca afrontar el partido.
Realmente, el papel del entrenador hace mucho en un vestuario, los jugadores tienen una opinión muy clara que Antonio Lozano como capitán y portavoz nos hace conocer:
“Grandísimo entrenador y mejor persona”. No hacen falta más palabras que esas para darse cuenta de que ha calado muy hondo en sus jugadores.
Algunos jugadores además tuvieron la oportunidad de jugar codo con codo con el que ahora es su técnico: “Lo habíamos tenido como compañero y ya era la hostia pero como entrenador nos ha sorprendido muy gratamente”. Incluso la relación entre compañeros parece haberse hecho más fuerte: “Estábamos deseando volver de vacaciones para vernos y poder entrenar de nuevo juntos”.
En la grada también es común escuchar gritos de apoyo al entrenador: “Cardozo eres un crack”, se podía escuchar en algunos enfrentamientos. Algunos aficionados lo tienen tan claro como los jugadores: “Ojalá hubiese llegado antes al Calasparra, no hemos tenido a ninguno como él”.

La Tercera División no es tan mediática como la Primera, lo que no significa que el compromiso de los jugadores y en este caso, del entrenador, sean menores. El trabajo diario y la buena relación con sus pupilos y la grada extienden su reputación por toda la Región. Julio Cardozo tenía un equipo joven y un objetivo marcado: Lograr la permanencia y no han sufrido en ningún momento para conseguirlo

No hay comentarios:

Publicar un comentario